Debemos tener en cuenta que la patología del pie del anciano es muy amplia, con frecuencia padece una o varias alteraciones en el mismo.
El tratamiento conservador preventivo es el mejor. Sabiendo que la corrección o la cura no es posible en muchos casos, el primer objetivo será obtener el confort, mediante la disminución del dolor, restaurando el máximo nivel de función o manteniendo el grado de actividad residual libre de dolor. Para ellos el tratamiento se basara en: fármacos, rehabilitación, medidas ortésicas como plantillas y cuidados podológicos.
CUIDADOS
Observar diariamente
los pies, si hay presencia de dolor, irritación, cambios de color o
temperatura, ulceras o signos de infección deberá consultar a su médico
familiar o geriatra.
En cuanto a su higiene debemos procurar lavarlos
con agua templada, con jabón neutro o algún antiséptico, durante cinco
minutos. Secarlos muy bien, sobre todo entre los espacios interdigitales,
con una toalla suave y limpia sin frotar la piel. Posteriormente se
realizará el corte de uñas procurando que haya buena luz; si es diabético
es preferible limarlas o acudir al podólogo.
Hay que ser muy prudentes al querer eliminar los
callos con callicidas, remedios caseros o instrumentos afilados, sobre
todo en ancianos diabéticos.
Evite emplear adhesivos o parches en la piel.
Se recomienda una supervisión periódica de sus pies por un Podólogo.